miércoles, 20 de julio de 2011

Yo también crecí con Harry Potter

En mi generación, como en cualquier otra, hay ciertos puntos comunes que todos hemos vivido por igual: todos hemos pasado la infancia con Letizia Sabater y más tarde con Pokémon, hemos desayunado antes del cole con Oliver y Benji y pasado la sobremesa con Doraemon, hemos pasado el verano con El grand prix y, encima, hemos vivido la mejor época de Disney - en la que la gran mayoría de películas tenían un maravilloso mensaje que dar, como en La bella y la bestia, Robin Hood o Pocahontas) -, nuestra adolescencia se ha marcado con series como Los Serrano e incluso hemos tirado las tardes viendo El Diario de Patricia. Los niños de hoy en día ven los Gormiti y Ben10 y nosotros les miramos por encima del hombro y decimos por bajini "¡¿Pero dónde se han quedado los dibujos como Gárgolas o La pajarería de Transilvania?!" y esque los niños de hoy en día no viven con la magia que hemos vivido nosotros y eso es una cosa que se perderá con nuestra generación porque somos los únicos que hemos crecido a la par que nuestro ya adulto Harry Potter.



Harry Potter (1) y la piedra filosofal
 Con esos 10 años, o al menos rondándolos, me llevaron al cine a ver Harry Potter y la piedra filosofal por el cumple de mi prima y, como yo, millones de niños en todo el mundo, el mismo que se sobrecogió y quedó admirado por una historia no demasiado peculiar y un nuevo mundo en el que todos desearíamos vivir: varitas mágicas, puertas que nacen de muros, un colegio donde aprender algo más que Lengua y Matemáticas, cerveza de mantequilla, quidditch, animales de fábulas, escaleras que cambian según su antojo, cuadros que cobran vida y fotos que se mueven, un andén 9 3/4, un sombrero que decide tu futuro escolar, escobas que vuelan en vez de restregarse por el suelo, el banco Gringots donde depositar tu dinero es una aventura..., ranas de chocolate y grageas de todos los sabores, el espejo del Oesed, la lechuza que te trae el correo matutino y esos artículos de broma tan deseados de manos de Fred y George, y tú ahí, pensando, preguntándote por qué a tí no te llegó la maldita carta de Hogwarts y te tienes que resignar a ser un triste muggle.
Harry Potter (7.2) y las reliquias de la muerte

Ahora han pasado 10 años y medio desde la primera entrega de la saga y nos sorprendemos de ver a Harry tan mayor y no nos damos cuenta de que, año tras años, hemos ido creciendo con él, año tras año salíamos de aquella sala de cine comentándolo todo súper emocionados a nuestros amigos o familiares, año tras año íbamos a ver la nueva entrega y nos sentíamos (los más allegados a la novela o a la película) como si fuéramos uno más dentro de la peli y, ahora, se ha acabado todo. Unos quieren más y otros pedimos que esto se quede así. Unos se sorprenden con Hermione y Ron y recuerdan como en la primera peli Ron renegó de su amistad, otros se indignan porque querían que acabase con Harry y otros, como yo no se explican por qué Hemione no se ha casado conmigo. Nos quedamos parapléjicos de pensar que, al final, Snape era bueno y nos reimos de ver a una profesora McGonagall menos seria que de costumbre. Rememoramos a gente como Sirius Black, Cedric Diggory - ¡Oh, Dios! ¡Ahora es un vampiro que brilla! -, Dumbledore, Dobby, Nymphadora Tonks, el jovencísimo Colin Creevey, Fred, el profesor Lupin e incluso la lechuza Hedwig, entre otros, y nos frustramos de ver ese beso tan cutre entre Harry y Ginny con to' la lata que ha dado Ginny desde su aparición, intentamos poner ojos mil cuando salen nuestros protagonistas 19 años después para ver a quién más pillamos, nos sorprendemos de ver a un Neville cada vez más valiente y nos volvemos a preguntar por qué no nos llegó a nosotros la carta de admisión a Hogwarts porque nosotros también hubiéramos luchado contra Voldemort, a nuestra manera, pero también.

Hermione, Ron y Harry. Harry Potter (4) y el cáliz de fuego
Y es que digan lo que digan, Harry Potter ha hecho duelo no solo contra quien-vosotros-ya-sabéis sino contra otros éxitos en taquilla como El - gran - señor de los anillos o ... Crepúsculo - la bella historia en la que una chavala se debate entre la zoofilia y la necrofilia - ... y siempre hemos visto salir todas las entregas de la saga airosas cual torneo de los tres magos y, ahora, después de tantos años nos da ese nosequé de saber que ya todo se acabó, somos la única generación que vemos a David Copperfield y nos parece un papanatas después de lo que hemos visto en Hogwarts y somos los únicos que podemos escribir en nuestra lista de cosas que marcaron en nuestra generación algo así como "Yo también crecí con Harry Potter"

1 comentario:

  1. sii, a mi me pillo un poco más mayor, cuando lei el primer libro tenía la edad de Harry. Y he de decir que La pajarería de Transilvania siempre me parecío lo mejor! También fui generación Pokemón de los primeros juegos, cuanto cambia todo!

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